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domingo, 2 de septiembre de 2012

El Tao del Parkour

El Camino del Parkour

Mucho se ha hablado del concepto de Bruce Lee de “Jeet Kune Do” a través de una variedad de actividades diferentes, formas de arte, deportes y disciplinas. A menudo esto se aplica de manera errónea, adornado ansiosamente en un intento mediocre de demostrar algún tipo de enfoque no estructurado y no investigado sobre la formación o el desarrollo de algun deporte o actividad.

Nada podría estar más lejos de lo que Lee pretendía con su concepto, o incluso más apartado de su propio camino hacia la liberación personal


Sin embargo, una analogía fuerte y significativa se puede extraer entre el concepto de Lee y el Parkour. De hecho, el Parkour es un excelente ejemplo de Jeet Kune Do (JKD) en plena acción. Para explicar esto, es necesario definir primero lo que Lee quería decir con el término de Jeet Kune Do y cómo lo aplicaba a su propio entrenamiento

Jeet Kune Do, a pesar de la existencia de muchas escuelas y centros de enseñanza que enseñan lo contrario, no es un estilo. No se trata de un sistema, no es una colección o conjunto de técnicas, ni siquiera una mezcla de movimientos efectivos de diferentes artes marciales. No es Boxeo mezclado con Wing Chun que a su vez se mezcla con el Muay Thai. Ciertamente, no es la simple imitación de movimientos del propio Lee.

Jeet Kune Do es simplemente el concepto de funcionalidad.

Es el remover, despojar, quitarse todo aquello que no sirve para el propósito de uno mismo, que en el caso de Lee, era ser el mejor y más completo luchador que podía ser. Lee aplico este concepto sin piedad ni descanso a su propio entrenamiento y recomendó a otros hacer lo mismo, así uno solo se queda con lo que en realidad funciona, solo lo que es directamente funcional en la búsqueda de la meta personal.

La Paradoja de la Libertad

Esto significa, casi paradójicamente, que el Jeet Kune Do es al mismo tiempo muy liberador y muy rígido en su enfoque. Liberador porque tiene una única regla, "si funciona, úsalo" y rígido en cuanto a que excluye todo aquello que resulte extraño para su propósito de producción y efectividad en el producto final. Cualquier cosa que quieras mostrar, que se haga por mero exibicionismo o de “show”, cualquier cosa que sirva solo para verse bien, lucirse y aumentar el ego del
practicante, es instantáneamente descartado.

El Jeet Kune Do es realmente un principio a seguir muy despiadado: lo cual lo hace tan efectivo, por supuesto. Su núcleo puede encontrarse en las cuatro líneas a seguir de Lee, las cuales eran:

  • Absorbe aquello que sea útil
  • Rehúsa de lo que esa inútil
  • Investiga desde tu propia experiencia
  • Añade lo que sea específicamente de tu propia cosecha

El Parkour es lo mismo. No es un conjunto de técnicas o movimientos, no es un sistema de restricción o un paradigma cargado de tradición, o una metodología dogmática de formación; no está basado en otra regla que no sea esta: "si funciona, úsalo".

El Parkour, como el Jeet Kune Do, es un concepto que se aplica al entrenamiento de cada uno. No es tanto una forma de pensar sino una manera de aprender a pensar sobre los movimientos de uno mismo, aprender a como entrenar para alcanzar las propias metas establecidas. Una filosofía brillante de enfrentar la verdad y tus capacidades que se te muestran ahora, y ver exactamente cómo y qué tenés que hacer para llegar a donde quieres estar.

Una vez más, esto significa una forma de liberación que no equivale a simplemente hacer lo que quieras. Eso no era en absoluto lo que Lee pretendía con el Jeet Kune Do, sino todo lo contrario. Para él, la realidad del combate definía su formación, por lo que se obligó a mirar esa realidad y ver exactamente lo que tenía que hacer para llegar a dominarlo, le gustara o no, quisiera hacerlo o no . Esto implicó entrenamiento duro, investigación continua, un “auto-examen” intensivo y un análisis crítico. Requirió de una enorme disciplina y atención, y un supremo esfuerzo de voluntad y claridad de enfoque. Lee se dio cuenta de que su liberación sería el producto de una gran cantidad de trabajo duro.

Realmente, entonces, aplicar el principio fundamental de Jeet Kune Do, o Parkour, es mucho más difícil que dominar cualquier programa, conjunto de movimientos o técnicas que se aferran a un conjunto de reglas predefinidas. Más difícil, precisamente porque pone la responsabilidad del crecimiento personal completamente en los hombros de cada individuo. Pero esto es también lo que lo hace, o los hace a ellos tan poderosos.

Espíritu de Luchador

En Parkour, como con el JKD, no hay nadie ni nada a lo cual se culpe por fallar en encontrar la solución a los propios dilemas. Con suficiente compromiso, unidad y perseverancia, siempre se puede encontrar un camino. Si hubiera que identificar un valor como el más fundamental para la formación en Parkour, se podría decir  con confianza que es la resolución interna, la negativa a desistir o ser derrotado, como un fuerte contendiente.

Con esa mentalidad, el concepto de Jeet Kune Do se convierte en una herramienta infinitamente aplicable y casi inevitablemente exitosa. Con el tiempo, una combinación de investigación, buenas prácticas y revisión, generalmente te llevará a las respuestas que buscas en cualquier campo elegido. Ahora, por supuesto que el proceso de investigación y práctica puede ser más o menos eficiente en función de una serie de factores, incluyendo el acceso a buena información (a través de la enseñanza, la orientación, el conocimiento y la experiencia de los demás, etc), la aplicación sensata de dicha información y una rigurosa auto-disciplina, pero el componente vital es la voluntad de ver el proceso que se atraviesa,
el compromiso de hacer todo lo necesario para realizar tu potencial.

Esto es lo que Lee valoraba por encima de todo: 

 “Persistencia, persistencia y persistencia. El poder puede ser creado y mantenido a través de la práctica diaria, continúa esforzándote” 

Este espíritu de lucha, esta fuerza de voluntad de adaptación indomable, es la esencia de ambos, Parkour y Jeet Kune Do. Captúrala y se puede lograr cualquier cosa, ya que otorga la única libertad que realmente importa la habilidad de crearte a ti mismo.

"El vacío es lo que está entre esto y aquello, el vacío lo incluye todo y no tiene contrario, no hay nada a lo que excluya o se oponga, el vacío es algo vivo porque de el proceden todas la formas y todos vemos que el vacío esta lleno de vida, fuerza y amor a todas las cosas" - Bruce Lee (1940-1973)

martes, 5 de junio de 2012

¿Por qué nos ofenden los insultos?

Mucha gente se siente ofendida, dolida cuando alguien les insulta o les agrede verbalmente.

Pero... ¿alguna vez se han preguntado por qué?

Es curioso, como es posible que unas simples letras, que forman una palabra y a su vez se le asigna una definición, pueda hacer daño a alguien.

Bien, consideremos lo siguiente, un insulto, no empuja, no golpea, no agrede físicamente y sobre todo, no tiene forma física. Pero talvez si tenga forma psicologica, por tanto, algo falso, entonces ¿que es lo que se siente ofendido?

Evidentemente lo que se siente dañado es nuestra imagen, la imagen que hemos creado de nosotros mismos, el "Ego" el "Yo" el centro desde el cual operamos, lleno de prejuicios, experiencias, logros, conocimientos e ideas preconcebidas.


Las personas tienden a querer convertirse en "alguien" por tanto, inconscientemente (rara vez es consciente) generamos una imagen, una ilusión fuera de la realidad, fuera de lo que "es".

Por eso al recibir un insulto, lo registramos en nuestra cabeza y al querer mostrarnos como no somos realmente, eso nos incomoda pero hay que tener en cuenta que cada persona tiene una imagen distinta de usted, por ende, insulta a una imagen de usted inexistente.

Un video por si quereis saber más del tema


Definitivamente "Si un insulto te ofende es porque tu lo permites" debido a que intentas aparentar ser alguien.

"Sea Nada Y Entonces Viva"

"Se Nada Amigo Mío"

viernes, 6 de enero de 2012

El Ego y sus roles o tipos

El Ego y el Espíritu

A la inmensa mayoría de las personas no les (nos) interesa "lo que es", sino "cómo se ven" o, qué calidad de imagen proyecta. Les interesa la imagen más que la objetividad. Y así, el hombre de la sociedad se lanza a participar  en  esa carrera  de  las  apariencias,  en  el  típico  afán de ''quién engaña a quién'', de cómo lograr mejor impresión. El mundo es un  inmenso  estadio  en  el que  "el orgullo de la vida"  juega un gran partido de  las etiquetas,  formas sociales  y  exhibiciones  económicas para competir  por la imagen social,  un combate en el que a los seres humanos no les interesa ser, sino parecer.

El Espíritu y el Ser

El Espíritu siempre ha sido esquivo. Hemos sido esquivos (as) al Espíritu: "eso son cosas de locos", dicen los materialistas. El Ser o Espíritu, nos sostiene a todos, es nuestra fuente de aliento y vida y, sin embargo, es algo sobre lo cual nuestros padres nos enseñaron muy poco. 

Una antigua escritura de la India nos dice sobre el Espíritu, lo siguiente: "Un cuchillo no Lo puede cortar, el agua no Lo puede mojar, el Viento no Lo puede alejar, el sol no Lo puede secar".

El Ego y el Yo

Así como hay dos polos en un imán, uno positivo y uno negativo; las personas también cargamos con dos personajes en disputa; uno de ellos es el que se afana por el éxito material y el otro que aspira a elevarse espiritualmente. La descripción brindada por Sogyal Rinpoche en la obra "El libro tibetano del vivir y del morir" explica a las mil maravillas este descubrimiento: "Dos personas han estado viviendo en ti durante toda tu existencia. Una es el ego: charlatana, exigente, histérica, calculadora; la otra es el ser espiritual oculto, cuya queda y sabia voz has oído y atendido sólo en raras ocasiones".

El Ego o la Máscara

Para los fines que nos proponemos, sugerimos otra definición del "ego": "Consideremos al ego como la idea que cada uno de nosotros tiene de sí mismo. Es decir, que el ego no constituye mas que una idea, una ilusión, pero una ilusión que ejerce gran influencia". Nadie ha visto al ego. Se trata más bien de un fantasma que aceptamos que controle nuestra vida. El problema  es que mantener esta ilusión puede impedirle conocer su verdadero yo, su esencia espiritual.


Opinamos que el ego es una disposición del pensamiento errónea que intenta presentarle como a usted le gustaría ser, en lugar de cómo es en realidad.

En esencia, el ego, la idea de uno mismo, la máscara, el papel que estamos desempeñando; supone una forma distorsionada de afirmar y vivir la existencia. A esta máscara social (el ego) le gusta la  aprobación, quiere controlar situaciones y personas, y se apoya en el poder porque vive en el temor.

Consejos para ignorar el Ego y alcanzar la Conciencia Superior

Intente conocer su ego y determinar cuando su ego influye y domina su vida.
Pregúntese: ¿Estoy escuchando a mi falso yo o a mi yo espiritual?
A medida que vaya adquiriendo conciencia de su ego, podrá librarse del egocentrismo y entrar en la conciencia superior.

Comience a llevar la cuenta de con cuánta frecuencia usa el pronombre "yo". Al no centrarse en su propia persona estará superando el ego.

Escuche a los demás y no se centre en sí mismo. Durante las conversaciones, concéntrese en lo que la otra persona está diciendo y en lo que siente.

Resista el hábito de permitir que el ego domine su vida.
Cuanto más se resista a permitir que su ego sea quien controle su vida, más pronto llenará el espacio que antes ocupaban las exigencias de su falso yo.

Practique la meditación diaria o el acallar su mente para deshacer la ilusión de que está separado del universo. Comenzará a tratar a los demás como le agradaría que lo tratasen a usted. Se sentirá conectado con todo y con todos.

Ponga fin a la búsqueda externa de la libertad y conozca el sabor de la auténtica libertad que es la comunión con su yo espiritual.

La auténtica libertad no necesita nada para demostrar su existencia. Sólo siendo auténticamente libre podrá amar, porque no existe amor sin libertad. La falsa libertad exige que tenga a la mano algo que dé fe de su existencia.

Fuente de información